La OMS señaló que también está preocupada por la propagación de la cepa británica que ya se detectó en casi la mitad de los países de la región.
«Debemos seguir de cerca todas las posibilidades, dado que cuando una variante se vuelve predominante, puede afectar la curva de incidencia», indicó la experta.
El 19 de diciembre, las autoridades sanitarias del Reino Unido confirmaron la presencia en el sur del territorio británico de una nueva cepa del SARS-CoV-2 que se propaga con más rapidez y, según las estimaciones iniciales, podría ser un 70% más contagiosa.
Hasta el momento no hay evidencias de que esta mutación repercuta en la gravedad de los síntomas, la tasa de letalidad, la respuesta de los anticuerpos o la eficacia de las vacunas.
Numerosos países ya anunciaron la suspensión de vuelos desde el Reino Unido y Sudáfrica para evitar la propagación de las nuevas cepas del virus.
Mientras tanto, la campaña de vacunación masiva en Rusia está aumentando su alcance, aunque todavía está en su punto de partida, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
«Crece el volumen de producción (de la vacuna), cada mes aumenta el volumen que está en uso y que se reparte entre las regiones», aseguró Peskov.
Sin embargo, destacó, la campaña de vacunación está todavía en su punto de partida porque el despliegue de ese trabajo requiere un tiempo.
Según el portavoz, para popularizar la inmunización anticovid no se debe forzar a la población, sino sensibilizarla.
«Simplemente hace falta explicar a la gente que es en su propio interés, que la vacuna es necesaria para su salud y seguridad», comentó.
Se prevé que hasta marzo de 2021 la vacunación se lleve a cabo principalmente con la Sputnik V, del Centro Gamaleya; a partir de marzo, con Sputnik V y EpiVacCorona, del Centro Vector, y para abril se añade la vacuna Covivac del Centro Chumakov, si logra obtener el registro en febrero.
