La diversidad y la inclusión se dan cita cada fin de semana en la Feria Migrante, un espacio que busca resaltar la riqueza cultural de las distintas comunidades que conviven en Buenos Aires.
Ubicada en Parque Centenario, esta feria ofrece una experiencia intercultural a través de sabores, colores y tradiciones que reflejan la identidad de los emprendedores migrantes.
“Esta feria es un puente entre culturas. No solo permite que los visitantes descubran productos auténticos de distintas regiones del mundo, sino que también fortalece los lazos entre las comunidades migrantes y la sociedad argentina”, explica uno de los organizadores del evento.
Cada sábado y domingo, de 15 a 21 horas, el Parque Centenario se transforma en un mercado vibrante donde se pueden encontrar desde delicias gastronómicas hasta artesanías típicas.
Uno de los grandes protagonistas de esta edición es la comunidad venezolana, que deleita a los visitantes con una variedad de platos tradicionales como arepas, tequeños, pan de jamón y cachapas.
Además, hay opciones dulces como golfeados y postres icónicos como la torta tres leches y la torta de piña.
Los stands también exhiben artesanías representativas de diversas regiones, incluyendo estampados típicos y muñecas artesanales. Para mayor comodidad, los visitantes pueden abonar con medios de pago electrónicos, efectivo, tarjetas de crédito y débito.
Más allá de ser una feria de compras, este evento es una oportunidad para el intercambio cultural y la valorización de la diversidad.
En un contexto global donde la migración es una realidad latente, espacios como la Feria Migrante resultan fundamentales para fomentar la integración y el respeto mutuo.
La Feria Migrante seguirá funcionando cada fin de semana en Parque Centenario, siempre que el clima lo permita, consolidándose como un punto de encuentro donde la cultura y la tradición se celebran en comunidad.
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