Inicio Barrio Norte ¿Cómo restaurar un patrimonio histórico sin dañarlo?

¿Cómo restaurar un patrimonio histórico sin dañarlo?

19

El Palacio Aberg Cobo es un bellísimo ejemplo de puesta en valor, donde tradición y modernidad logran dialogar de manera armónica.

La historia de la mansión se remonta a 1912, cuando Axel Aberg Cobo y Sara Pearson decidieron construir su residencia definitiva en este rincón de Recoleta.

Eran dueños de las dos fracciones contiguas: la más grande daba al pulmón de manzana (luego se erigió allí la Torre Brunetta) y la más pequeña, casi en la esquina, fue donde optaron por hacer su casa.

Cuenta una anécdota que el señor Aberg no quería que la vivienda tuviera jardín, para evitar los mosquitos. Por eso, no eligió el lote con más fondo, y solo pensó en un patio para su casa.

El proyecto que llevó a cabo el Estudio Lacroze Miguens Prati propuso una refuncionalización del edificio histórico, restaurando sus fachadas, su volumetría y su patio original.

Los salones del primer piso, la escalera ejecutada por Nordiska y el primer ascensor original de Otis en Buenos Aires se mantuvieron intactos. Se recuperó la azotea con un área verde parquizada de 300 m2.

El segundo y el tercer piso fueron remodelados para desarrollar 14 departamentos, que conservan la boiserie inglesa, pisos de roble de Eslavonia y todos los detalles de una casa de época. Sobre la medianera, un volumen de 10 plantas resolvió una espacialidad contemporánea con grandes lofts vidriados.

La casona y el edificio se articulan en torno al patio original. La construcción nueva no se ve desde la calle, porque se hizo respetando la distancia del patio. Fuente: Toribio Achával

La entrada ¿Cómo restaurar un patrimonio histórico sin dañarlo? se publicó primero en Barrio Norte.