Más de 1.500 juguetes apócrifos, falsificados y sin certificación de seguridad, fueron decomisados por la Policía de la Ciudad en el barrio de Once.
La operación, que apunta a garantizar la salud de los consumidores y frenar el comercio ilegal, reveló productos potencialmente tóxicos cuyo valor supera los 15 millones de pesos.
Los juguetes decomisados no cumplen con las normativas vigentes, lo que representa un riesgo inaceptable para la salud de los niños.
Esta intervención busca proteger a los consumidores y desarticular el comercio ilegal que pone en peligro a la sociedad, afirmó Carlos Fel Rolero Santurain, titular de la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (UFEMA).
El operativo en detalle
La inspección se llevó a cabo en ocho locales del circuito comercial de Once, en calles estratégicas como Pasteur, Azcuénaga y Sarmiento.
Comercios implicados: Se inspeccionaron seis locales en Pasteur entre Rivadavia y Sarmiento, uno en Azcuénaga al 300 y otro en Sarmiento al 2400.
Propietarios: Siete de los encargados eran de nacionalidad china y uno peruano.
Productos incautados:
- Juguetes apócrifos de marcas como Pop, Lego, Avengers y DC.
- Sin sellos de seguridad ni certificación de toxicidad.
Cifras que alarman
Total de juguetes decomisados: 1.598 unidades.
Valor estimado de la mercadería: 15 millones de pesos.
Infracciones detectadas
Violaciones a los artículos 201 y 289 del Código Penal, referidos a:
Delitos contra la salud pública.
Falsificación de marcas.
Falencias en seguridad en los locales, detectadas por la Agencia Gubernamental de Control (AGC), que labró actas de intimación.
Colaboración interinstitucional
La operación contó con la participación de:
- Policía de la Ciudad: División Conductas Contravencionales y Faltas.
- UFEMA, liderada por el Dr. Carlos Fel Rolero Santurain.
- AGC, encargada de evaluar condiciones de seguridad en los comercios.
- Cámara Argentina del Juguete, que certificó las irregularidades de los productos.
Reacciones oficiales
El titular de la UFEMA, Carlos Fel Rolero, remarcó la importancia de la investigación:
“Estamos trabajando para garantizar que los productos comercializados cumplan con las normativas. Los juguetes son artículos de consumo masivo, y su falsificación es inadmisible”.
Por su parte, un representante de la Cámara Argentina del Juguete declaró que este tipo de operativos no solo protege a los consumidores, sino también al sector formal que sufre la competencia desleal de los productos falsificados.
El impacto en el comercio informal
La proliferación de juguetes apócrifos refleja un problema más amplio: el comercio informal que, además de evadir regulaciones, pone en riesgo la salud de los consumidores más vulnerables.
Este tipo de mercadería suele ingresar al país sin controles adecuados, contribuyendo al crecimiento de mercados paralelos.
El decomiso de estos juguetes es un paso crucial para proteger a los consumidores, especialmente a los niños, y promover un comercio justo y seguro.
Este tipo de intervenciones subraya la importancia de la colaboración entre organismos para enfrentar el comercio ilegal.
Los juguetes apócrifos o falsificados representan un riesgo significativo para la salud, la seguridad y el bienestar de los niños. Aquí se enumeran los peligros más comunes asociados a estos productos:
Materiales tóxicos
Sustancias químicas nocivas: Muchos juguetes falsificados están fabricados con materiales de baja calidad que pueden contener plomo, mercurio, cadmio o ftalatos, todos ellos altamente tóxicos.
Riesgos a largo plazo: La exposición prolongada a estas sustancias puede causar daño neurológico, problemas en el desarrollo, trastornos hormonales e incluso cáncer.
Falta de estándares de seguridad
Partes pequeñas o desprendibles: Los juguetes ilegales no suelen cumplir con los estándares de diseño y pueden contener piezas que se desprenden fácilmente, lo que incrementa el riesgo de asfixia.
Mala calidad estructural: Los materiales frágiles pueden romperse y generar bordes filosos o puntas que causen lesiones.
Riesgo eléctrico o mecánico
Circuitos eléctricos defectuosos: Algunos juguetes electrónicos falsificados pueden generar cortocircuitos o sobrecalentarse, lo que aumenta el peligro de quemaduras o incendios.
Fallas en el ensamblaje: Juguetes con partes móviles pueden causar heridas si no están fabricados correctamente.
Falta de controles de calidad
Ausencia de certificación: Los productos falsificados no pasan por pruebas de seguridad obligatorias, como las que garantizan que sean no tóxicos y aptos para niños según su edad.
Rotulación engañosa: Suelen incluir etiquetas falsas o incompletas que no informan correctamente sobre los riesgos de uso.
Impacto emocional y educativo
Deficiencias funcionales: Los juguetes apócrifos suelen fallar rápidamente o no funcionar como se espera, lo que puede frustrar a los niños.
Contenido inapropiado: Al no ser regulados, algunos pueden incluir elementos o temáticas no aptas para menores.
Riesgo económico y social
Competencia desleal: Estos productos afectan al comercio legítimo y perjudican a los fabricantes que cumplen con las regulaciones.
Conexiones con actividades ilegales: El comercio de juguetes falsificados a menudo está vinculado a redes de contrabando y crimen organizado.
Conclusión
Optar por juguetes certificados y adquiridos en comercios legales es fundamental para garantizar la seguridad de los niños.
Aunque puedan resultar más económicos, los juguetes falsificados representan un costo mucho mayor en términos de salud y bienestar.
