En pleno corazón de Recoleta, el predio donde alguna vez funcionó el famoso Italpark se ha transformado en un imponente espacio verde, que no solo invita a disfrutar de la naturaleza, sino que también es un santuario de arte y arquitectura.
A tan solo unos pasos de la Avenida Del Libertador, el predio que alguna vez albergó el parque de diversiones Italpark, hasta su cierre en 1990, es hoy un pulmón verde que destaca por su imponente belleza natural y su riqueza cultural. Con más de cuatro hectáreas de superficie, este espacio de Recoleta se ha convertido en un punto de encuentro donde arte, historia y naturaleza se encuentran en un entorno único de la ciudad.
“Este lugar es testigo de la evolución de la ciudad y un legado que sigue creciendo con cada obra que se incorpora”, aseguró la directora del espacio verde, al destacar la importancia del predio, no solo por su valor histórico sino por la forma en que se ha integrado al entorno urbano. “Es un punto de convergencia entre la historia, la cultura y el arte, y para nosotros es un honor poder preservarlo para las generaciones futuras”, agregó.
El predio, que fue hogar de uno de los parques de diversiones más icónicos de la ciudad, ha sido transformado en un espacio que ofrece un equilibrio entre la belleza de la naturaleza y el arte público. Con un diseño que respeta y pone en valor la historia de la zona, hoy en día alberga múltiples esculturas que destacan por su calidad artística y por su conexión con el patrimonio cultural.
Entre las obras más destacadas se encuentran:
- Estatua a las Naciones Unidas: Creada por la renombrada escultora argentina Marta Minujín, esta pieza es un homenaje a la unidad internacional. La obra refleja un estilo contemporáneo y simboliza la paz a través de su estructura abierta y el uso de materiales como el acero y el bronce.
- Torso Masculino: Una imponente escultura del reconocido artista colombiano Fernando Botero, famoso por su estilo único que representa figuras con volúmenes exagerados. Esta obra se destaca por su belleza monumental y es uno de los puntos más fotografiados del parque.
- Pro Cultura Nacional: Un monumento realizado por el escultor Alejo Afani, de origen italiano. Esta obra, que refleja la unión entre arte y cultura, fue instalada como parte de los homenajes a la identidad cultural argentina.
- El Árbol: Una escultura donada por la comunidad vasca, creada por el artista Néstor Basterretxea. La obra, que representa un árbol abstracto, se ha convertido en un símbolo de la integración cultural, entre la comunidad vasca y la ciudad.
El predio también alberga una rica oferta cultural, ya que en sus alrededores se pueden encontrar centros culturales, galerías de arte y una amplia variedad de actividades recreativas. Los visitantes pueden disfrutar no solo de la belleza paisajística, sino también de los espacios destinados a las presentaciones artísticas, exposiciones y actividades al aire libre.
En una de las esquinas más significativas de este espacio, se encuentra la histórica torre de agua que alguna vez formó parte del complejo de ferrocarriles de Retiro. Este edificio, construido en 1915, es un claro exponente de la arquitectura ferroviaria inglesa que se desarrolló en la Argentina a comienzos del siglo XX. En su interior alberga el Museo de Arquitectura, creado en el año 2000 por la Sociedad Central de Arquitectos, con el objetivo de preservar y difundir el patrimonio arquitectónico urbano del país.
El museo ofrece una visión profunda de la evolución de la arquitectura en Argentina, con exposiciones permanentes que permiten a los visitantes explorar el impacto que tuvo la arquitectura europea en el desarrollo urbano del país. Entre sus colecciones, destacan maquetas, planos históricos y fotografías que ilustran la transformación arquitectónica de la ciudad.
Este espacio no solo es un sitio de recreación, sino también un lugar para el aprendizaje y la reflexión sobre el pasado y el presente arquitectónico de Buenos Aires. “El museo es una parte esencial del predio, ya que nos ayuda a comprender mejor la historia urbana de la ciudad”, explicó la curadora del museo.
Por otro lado, el parque también ha sido reformado para mejorar la accesibilidad y la calidad del espacio público. Se han implementado nuevas caminatas pavimentadas, se ha renovado el mobiliario urbano y se han creado nuevos puntos de descanso, lo que lo convierte en un lugar ideal tanto para el esparcimiento de los vecinos como para el turismo. La integración de estos espacios verdes con la vida urbana ha sido clave para revitalizar la zona y garantizar su disfrute por parte de todos.
El compromiso con el medio ambiente es otro de los pilares de la transformación del predio. Se han incorporado sistemas de riego automático para optimizar el uso del agua y se han plantado especies autóctonas que contribuyen a la biodiversidad local, respetando el equilibrio ecológico del entorno.
El predio de lo que alguna vez fue Italpark es hoy un testimonio del respeto por la historia y el arte, pero también una muestra de cómo el espacio público puede ser transformado en un punto de encuentro para la comunidad. A través de su renovada oferta cultural, artística y recreativa, sigue siendo un lugar donde la historia se preserva y la naturaleza florece, en pleno corazón de Recoleta