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Emotivo homenaje a Sandro en el Teatro San Martín

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Con la calidez de un encuentro entre amigos, el Hall Alfredo Alcón del Teatro San Martín se convirtió en el escenario perfecto para dar inicio al homenaje que la Ciudad de Buenos Aires rinde a Sandro, ícono de la cultura popular y pionero del rock en español.

A 80 años de su nacimiento, la magia de su voz, su carisma y su legado artístico siguen más vivos que nunca, convocando a artistas, familiares y fanáticos en una serie de actividades que buscan revivir su historia desde lo más íntimo.

«Esta iniciativa es una forma de volver a encontrarnos con Sandro y su legado», afirmó Gabriela Ricardes, ministra de Cultura porteña, durante el emotivo acto de apertura.

«Queremos compartir su historia desde lo íntimo y lo colectivo, con proyecciones, objetos originales y muchas formas de volver a emocionarnos», agregó con visible emoción, acompañada por Olga Garaventa, la viuda del artista, quien también formó parte de esta sentida celebración.

El martes 22 de abril no fue una fecha cualquiera para quienes aman la música y la actuación de Sandro.

En un evento cargado de anécdotas y memorias entrañables, figuras cercanas a su vida y carrera —como Linda Peretz y Coni Vera, compañeras de elenco en películas que marcaron época, junto a Ernesto Spitz y Eduardo Barone— compartieron recuerdos únicos en una charla moderada por la periodista Graciela Guiñazú.

A través de sus palabras, emergió el Sandro íntimo, el artista que no solo brillaba en los escenarios sino también en los pequeños gestos que dejó en quienes lo rodearon.

Durante la ceremonia se expusieron piezas originales que forman parte esencial del imaginario colectivo de sus fanáticos: su inseparable guitarra, la icónica bata roja de Penumbras y el llamativo enterito de charol que usaba en Espectacular.

Estos objetos, cargados de historia, permitieron que cada asistente pudiera reconectar con su legado tangible, ese que traspasa generaciones y sigue generando pasiones.

La muestra “Sandro de película”, que se inauguró en el Centro Cultural San Martín, ofrece un recorrido imperdible por su faceta cinematográfica.

Disponible hasta el domingo 26 de abril, de 12 a 20 h, la exposición presenta vestuario, guiones originales, manuscritos, discos, y escenografías que revelan el universo creativo que Sandro construyó a lo largo de su carrera.

El público podrá apreciar detalles nunca antes vistos que dan cuenta de su meticulosa dedicación al arte, no solo como intérprete sino como creador de atmósferas y emociones.

Además, en el marco de este homenaje, se organiza un ciclo de cine con entrada libre en el Centro Cultural San Martín, donde se proyectarán algunas de sus películas más recordadas. Operación rosa rosa, Embrujo de amor, Gitano, Subí que te llevo,

Siempre te amaré y Muchacho volverán a la pantalla grande, ofreciendo a viejos y nuevos admiradores la oportunidad de redescubrir a Sandro en su faceta de galán, héroe romántico y figura popular.

La importancia de Sandro en la música y el cine argentinos no puede subestimarse. Fue pionero en llevar el rock a los escenarios en nuestro idioma, abriendo el camino para generaciones futuras, y logró convertirse en un ídolo que trascendió estilos y fronteras.

Su presentación en el Madison Square Garden en 1969, a la que asistieron más de 7.000 personas, es uno de los hitos que demuestran la magnitud de su fenómeno, siendo el primer artista latinoamericano en lograrlo.

En palabras de Olga Garaventa, su compañera de vida, “Sandro no solo fue un artista inmenso, fue un hombre sencillo, generoso y apasionado que siempre llevó a su público en el corazón”.

Esta frase resume el espíritu de un homenaje que no busca únicamente recordar su fama, sino reivindicar su humanidad, su sensibilidad y su amor incondicional hacia su gente.

Este homenaje, impulsado por el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, junto a la Buenos Aires Film Commission, el Complejo Teatral de Buenos Aires, el Centro Cultural San Martín y el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken, con el apoyo de Sandro Producciones y 3C Films Group, es más que un acto institucional: es una verdadera celebración popular, una oportunidad para volver a encontrarnos con un ídolo que nunca se fue.

En lo personal, como periodista y admirador del arte en todas sus formas, recorrer los pasillos del San Martín, escuchar los relatos, ver de cerca esos objetos que formaron parte de su vida, me generó una mezcla de nostalgia y agradecimiento.

Sandro no fue solo «el Gitano», fue una revolución cultural, un sentimiento que sigue latiendo con fuerza en cada canción, en cada película y en cada lágrima emocionada de sus fans.

Porque si algo nos enseñó Sandro es que el amor verdadero, ese que se canta y se siente, nunca muere. Y en cada homenaje, en cada aplauso, en cada suspiro frente a su imagen, renace con más fuerza que nunca.

Sandro, cuyo nombre real era Roberto Sánchez, no solo revolucionó la música popular argentina, sino que también tuvo una destacada carrera cinematográfica. A fines de los años 60 y durante los 70, su popularidad era tan grande que el cine se convirtió en una extensión natural de su carisma.

Debutó en la pantalla grande en 1969 con «Quiero llenarme de ti», una película dirigida por Emilio Vieyra que combinaba música, romance y acción, fórmula que luego se repetiría en varias de sus películas. Esta cinta fue un éxito rotundo y marcó el inicio de su carrera actoral.

Algunas películas emblemáticas de Sandro son:

  • «Quiero llenarme de ti» (1969): Su debut en cine, una historia romántica con mucha música.
  • «Muchacho» (1970): Dirigida también por Vieyra, consolidó su figura de galán popular.
  • «Gitano» (1970): Donde encarna un personaje que refleja su propio apodo y figura de ídolo popular.
  • «Siempre te amaré» (1971): Otro film romántico en el que explotaba su imagen de enamorado incansable.
  • «Embrujo de amor» (1971): Una historia con tintes más dramáticos, donde la pasión y los desencuentros amorosos son centrales.
  • «Subí que te llevo» (1972): Una comedia romántica con música y toques de humor.
  • «Operación Rosa Rosa» (1974): Un film que mezcla acción y romance, uno de sus trabajos más recordados.

A lo largo de su carrera, protagonizó 13 películas, muchas de las cuales fueron auténticos éxitos de taquilla en su época, atrayendo a miles de espectadores que querían ver al ídolo no solo cantar, sino actuar y vivir historias de amor y aventura.

El impacto de Sandro en el cine fue significativo: rompió con el modelo tradicional de galán cinematográfico, imponiendo un estilo más popular, seductor, cercano al público femenino que lo adoraba.

En sus películas, solía interpretarse a sí mismo o a personajes que no distaban mucho de su figura pública: el joven rebelde, romántico, apasionado.

Su éxito en la pantalla grande también ayudó a fortalecer su carrera musical, ya que en muchas de las películas interpretaba sus propios temas, lo que reforzaba aún más su presencia mediática.

La trayectoria de Sandro: del rock en español al mito popular

Sandro nació en Buenos Aires el 19 de agosto de 1945. Desde muy joven mostró inclinaciones artísticas, especialmente por el rock and roll.

Inspirado por figuras como Elvis Presley, fue uno de los primeros artistas de habla hispana en llevar el rock a los escenarios de América Latina.

En los años 60, formó la banda Los de Fuego, con la que logró notoriedad gracias a su energía en escena y su estilo desafiante. Su forma de moverse, sus gestos sensuales y su voz potente capturaron a una generación ávida de cambios culturales.

Pronto Sandro se volcó hacia la balada romántica, un giro que no solo no afectó su popularidad, sino que lo catapultó definitivamente como ídolo de masas. Temas como «Penumbras», «Rosa Rosa», «Así», «Porque yo te amo», entre tantos otros, se volvieron himnos del amor y la pasión.

A lo largo de su carrera:

  • Grabó más de 50 discos.
  • Vendió más de 8 millones de copias en América Latina.
  • Realizó incontables presentaciones en vivo, llenando teatros y estadios.

Fue el primer artista latinoamericano en presentarse en el Madison Square Garden de Nueva York, en 1969.

Sandro no fue solo un cantante o un actor: fue el primer fenómeno de «fanatismo masivo» en Argentina, creador de una conexión emocional única con su público, especialmente con sus «nenas», las seguidoras incondicionales que lo acompañaron toda su vida.

A pesar de su salud frágil en sus últimos años —sufrió problemas respiratorios derivados de su adicción al cigarrillo—, su imagen de mito popular no hizo más que crecer. Falleció el 4 de enero de 2010, pero su legado sigue intacto en el corazón de millones.