Los testigos que presenciaron la brutal muerte de Isaac, el nene de cuatro años que perdió la vida tras ser violentamente atropellado por un auto que circulaba a toda velocidad por la avenida Directorio, en el barrio porteño de Flores coinciden en varios aspectos. En, por ejemplo, la fuerza del impacto, las graves lesiones que sufrió el niño y sobre todo, en la desidia del chofer del vehículo, que luego de embestir al menor y a su mamá, se dio a la fuga en pocos segundos con rumbo desconocido.
Sin embargo, gracias a los datos aportados por aquellos que presenciaron el hecho, más las imágenes obtenidas de las cámaras de seguridad de la zona, se pudieron obtener los primeros resultados para avanzar en la detención del sospechoso. Según confirmaron fuentes policiales a este medio, los investigadores ya lograron identificar la marca del auto, el modelo y lo más importante: la patente.
Se trata de un Volkswagen Golf GTI de color blanco, cuyo número de chapa pudo ser detectado por la policía y ya está en poder del fiscal Eduardo Cubría, titular de la Fiscalía Criminal y Correccional N° 55, quien tiene a su cargo el expediente. Resta por detectar todo el trayecto que hizo el automovilista luego del accidente. “Se está investigando”, dijeron investigadores a este medio.
Miguel, un chofer de la línea 126 que detuvo su coche a metros de la escena del hecho, aseguró que el Golf huyó hacia la autopista 25 de Mayo y que un oficial de la Policía le indicó que una cámara de seguridad lo identificó a la altura del kilómetro 12.
El brutal episodio ocurrió anoche, minutos después de las 23, cuando Isaac y su mamá, una mujer de 45 años identificada como Débora Inés Agosti, cruzaban la avenida a la altura de San Pedrito. En ese momento, el auto blanco a gran velocidad los atropelló y arrojó por varios metros. Según dijo Alberto Crescenti, titular del SAME, el nene sufrió heridas muy graves mientras que la mujer tuvo diversas fracturas y politraumatismos. El estado de la mujer no reviste gravedad. De acuerdo con lo que trascendió, Agosti y su hijo -que viven a una cuadra- habían salido a comprar algo a una farmacia.
Ambos fueron llevados al Hospital Piñero. “Vimos los cuerpos de esta mamá y el chiquito. Se enviaron varias ambulancias. Casi cuatro minutos tardaron en llegar. Lamentablemente pese a las maniobras, el chico prácticamente estaba muerto producto del impacto. El chico estaba fallecido arriba de la ambulancia. No se pudo hacer nada”, señaló el médico.
Crescenti, prudente, no reveló más detalles acerca de la escena con la que se encontraron. Sin embargo, los testigos -aún impactados- sí dieron cuenta del estado en el que el Golf dejó al menor. Todos indicaron que el menor estaba en medio de un charco de sangre y completamente inmóvil. Segundos después del accidente vial, un oficial de la Policía de la Ciudad que estaba en el lugar irradió el alerta hacia todas las comunas para dar con el sospechoso, mientras solicitó una ambulancia de SAME. Al punto del hecho concurrieron tres unidades del servicio de emergencias.
Hernán, otro de los testigos, aseguró que el automovilista nunca intentó frenar luego de atropellar a las víctimas. “Ni bien pasé vi un nene tirado en el piso. Te shockea la situación. Ya te das cuenta de que no parecía que iba a sobrevivir. No vi el momento donde los levanta. Vi el auto que venía rápido. Un señor puso una camioneta blanca parando el tránsito. Los cuerpos estaban tirados más o menos en el medio. Estaban chorreando sangre, horrible. Había gente llorando”, detalló el hombre que minutos antes del episodio había salido de su trabajo. Entre otras cosas, el testigo dijo que la mamá de Isaac aún tenía cierto grado de conciencia luego del accidente.
“Me encontré con una mujer tirada en el piso y cuando la levantan para la ambulancia empezó a gritar, no se entendía qué decía. Empezó a los gritos la mujer pero eran balbuceos. El vehículo lo pisó y nunca se acercó ni para ver qué hizo. La onda verde es de 48 kilómetros por hora. Si venís a más de 48 te comés todos los semáforos en rojo, no tiene sentido. No venía a más de 80 kilómetros, pudo haber frenado”, agregó.
El colectivero de la línea 126, por su parte, hizo énfasis en la velocidad del Golf y la imagen grotesca en la esquina de Directorio y San Pedrito. “Escuché un impacto y vi un tumulto. No vi quién lo atropelló. Estaba con el colectivo casi lleno. En ese momento nadie atinó a seguir al muchacho sino a ver al nene. Quedé shockeado. Un muchacho le tocaba el pelito y la señora como que respiró. Yo ahí tenía que seguir el recorrido. (…) El auto venía con la onda verde pero al límite de la velocidad. Venía cortando semáforos. Pasaba en amarillo casi rojo a velocidad alta, a más de 100 kilómetros. La señora atinó a cruzar porque vio el semáforo en rojo. Los atropelló a mitad de cuadra. Ella estaba casi a mitad de la avenida. Todos nos agarramos la cabeza por las criatura”, comentó el colectivero.
Franscisco, por su parte, un ciudadano de origen venezolano que fue el primero en dar a conocer el hecho a través de las redes sociales, dijo que el revuelo en el barrio fue muy importante y que lo que recuerda es ver al niño “rodeado de sangre”. Además, aseguró que lo que más le impactó fue la forma en la que quedó la madre del menor. “Estaba de frente al hijo y vio cómo se desangraba”, comentó.
La huida, ciertamente, podrá ser considerada como un fuerte agravante a la hora de imputar al acusado.