En medio de cambios muy significativos sobre normativa de alquileres, los inquilinos se enfrentan a nuevas y onerosas condiciones que impactan directamente en sus bolsillos. Ante la derogación, una de las modificaciones más relevantes gira sobre la duración de los contratos de locación, que ahora pueden ser de tan solo tres meses en lugar de los tradicionales dos o tres años.
Además, se ha sumado al escenario la figura del seguro de caución para los inquilinos, una alternativa que antes no era necesaria si se presentaban recibos de sueldo y un garante. Esta nueva exigencia, impulsada por propietarios e inmobiliarias, representa un costo adicional para quienes buscan alquilar una vivienda.
Precios muy arriba
Otro aspecto que ha generado controversia es la posibilidad de indexar el precio del alquiler a variables como el precio de la nafta o la carne. Anteriormente, muchos contratos excluían la indexación si el alquiler se pactaba en dólares; sin embargo, ahora varios propietarios solicitan aumentos sin importar la moneda en la que se pacte el contrato, amparados por el nuevo marco regulatorio que lo permite.
Por último, uno de los cambios más significativos ha sido la eliminación del límite para pedir comisión a los inquilinos. Mientras que antes la comisión estaba regulada por la Ley de Alquileres y equivalía a un mes, en la actualidad los propietarios pueden solicitar comisiones sin restricciones, lo que podría resultar en un aumento considerable de los costos para los inquilinos y modificar la dinámica de la relación entre arrendadores y arrendatarios.
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