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Vecinos de Balvanera en alerta tras un brutal ataque de quemacoches

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Un feroz incendio en la madrugada del domingo alteró la calma de Balvanera y dejó tras de sí una escena devastadora: ocho autos y una moto calcinados sobre la calle Matheu al 100.

La secuencia, que habría sido provocada por quemacoches, ocurrió a metros de la sede del Partido Justicialista porteño. La investigación ya está en curso y los vecinos exigen respuestas y mayor seguridad en la zona.

“No lo podíamos creer. Escuchamos las sirenas y al salir, vimos los autos destruidos por el fuego. Es una locura”, relató uno de los vecinos a la prensa.

Otros residentes señalaron que la zona, pese a parecer tranquila, arrastra desde hace años conflictos con casas tomadas y situaciones de inseguridad.

El siniestro se produjo entre las 3:00 y las 3:30 de la madrugada del domingo 6 de abril. Según los primeros reportes, los vecinos fueron quienes alertaron a los Bomberos de la Ciudad tras notar las llamas que consumían los vehículos estacionados sobre Matheu, entre Alsina e Hipólito Yrigoyen.

En una rápida intervención, varias dotaciones acudieron al lugar para contener el fuego, evitando que se propagara aún más.

El recuento inicial hablaba de seis vehículos afectados, pero con el correr de las horas se confirmó que fueron nueve: ocho autos y una motocicleta.

Entre los vehículos dañados figuran modelos de distintas gamas y marcas —como un Fiat Punto, un Ford Focus y una Jeep Cherokee— todos ellos estacionados en la misma vereda, justo frente al edificio del PJ.

Los bomberos lograron controlar el fuego poco antes del amanecer, pero las pérdidas materiales fueron considerables.

La motocicleta Suzuki de 125 cc fue reducida a escombros, y varios autos quedaron irreconocibles por la magnitud del fuego.

La bronca y el miedo de los vecinos no tardaron en manifestarse. “La mayoría de los dueños de los autos son laburantes, vecinos de toda la vida.

Esto no fue un accidente”, señaló con impotencia un residente que vive a pocos metros del lugar. Según testimonios, en la cuadra hubo conflictos recurrentes relacionados con propiedades usurpadas, ventas de droga y robos.

Uno de los relatos más contundentes lo ofreció un hombre que detalló el historial del lugar: “Acá al lado del PJ había una casona abandonada que fue tomada por unas 70 personas.

Tardamos siete años en que la desalojaran. En otro edificio vivían narcos. Esto viene de largo”. Esta percepción vecinal da cuenta de un cuadro de deterioro urbano sostenido en el tiempo, donde la inseguridad fue ganando terreno.

Una vecina, por su parte, remarcó que la zona es un punto habitual de reunión de personas que beben en la vía pública o causan disturbios. “Era cerca de las cuatro. No escuchamos el ataque, pero sí las sirenas. Esta zona está muy expuesta. Y lo peor es que no se sabe por qué lo hacen. Es desesperante”.

La Comisaría Vecinal 3C de la Policía de la Ciudad y la División Investigaciones Comunales 3 ya trabajan en conjunto para esclarecer el hecho.

Durante la mañana del domingo, agentes de la Policía Federal realizaron un relevamiento de las cámaras de seguridad disponibles en la zona.

Se sabe que la sede del PJ porteño cuenta con al menos dos cámaras y que hay otra instalada en un edificio en la esquina.

Esas grabaciones ya fueron requeridas por la Unidad Fiscal de Flagrancia Este, a cargo del fiscal Juan Pablo Iglesias, quien interviene en la causa.

La hipótesis que más fuerza toma por estas horas es la de un ataque deliberado. No se descarta ninguna motivación —ni política ni delictiva— y se aguarda por los resultados del análisis fílmico para avanzar con las identificaciones.

También se evalúa si los vehículos fueron rociados con combustible, aunque hasta el momento no se confirmó oficialmente.

Este tipo de hechos no es nuevo en la Ciudad de Buenos Aires. En los últimos años, han aumentado los reportes sobre incendios provocados en autos estacionados en distintos barrios porteños.

A menudo, los responsables actúan de madrugada, amparados en la oscuridad y la falta de movimiento. Si bien en algunos casos se logra detener a los autores, en muchos otros los ataques quedan impunes.

Según datos oficiales del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, en 2023 se registraron más de 200 intervenciones por incendios vehiculares, una parte importante de ellos intencionales.

Estas cifras muestran una tendencia preocupante que evidencia la necesidad de reforzar las estrategias de prevención y control.

Desde el Ministerio, aseguran que se trabaja en el refuerzo de cámaras, patrullajes y presencia territorial, pero lo cierto es que para los vecinos de Balvanera todo eso suena lejano: sus autos ardieron en plena madrugada sin que nadie pudiera hacer nada.

Caminar por Matheu al 100 este lunes fue como pasar por una zona de guerra: restos calcinados, vidrios rotos, olor a humo y vecinos que se detenían a mirar los destrozos en silencio.

Lo que parecía una noche tranquila se convirtió en un episodio que muchos no podrán olvidar. “Esto no puede quedar así. Queremos que se sepa quién lo hizo y que haya consecuencias”, pidió otro residente.

La preocupación también apunta al posible trasfondo del hecho. Que haya ocurrido justo frente al PJ porteño abre interrogantes sobre si el ataque tenía un objetivo político o fue un hecho aislado con otras motivaciones.

Por ahora, no hay información oficial que vincule el hecho con cuestiones partidarias, pero todo está bajo análisis.

Como periodista y como vecino de esta ciudad, no puedo dejar de pensar en lo frágil que puede ser nuestra cotidianidad.

En minutos, una madrugada se volvió tragedia para nueve familias. Lo que pasó en Balvanera no es solo una noticia de policiales: es una postal del abandono, de la inseguridad que crece y de la urgencia de reconstruir el tejido urbano y social que se deshilacha en cada cuadra. Esta vez fue el fuego. ¿Y mañana?